Mao Tse-tung
PUNTOS ESENCIALES DE
LA REFORMA AGRARIA EN LAS REGIONES LIBERADAS NUEVAS
De las Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS
EXTRANJERAS
PEKIN 1976
Primera edición 1962
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
Tomo IV, págs.
205-207.
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PUNTOS ESENCIALES DE LA
REFORMA AGRARIA EN LAS REGIONES LIBERADAS NUEVAS[*]
* Directiva
interna del Partido Comunista de China redactada por el camarada Mao Tse-tung
en nombre del Comité Central.
15 de febrero de 1948
1. No hay que
precipitarse. Se debe determinar el ritmo de la marcha de la reforma agraria de
acuerdo con las circunstancias, el nivel de conciencia política de las masas y
la calidad de los cuadros dirigentes. No hay que tratar de terminar la reforma agraria
en unos pocos meses, sino prepararse para darle cima en cada región en dos o
tres años. Esto también se aplica a las regiones liberadas antiguas y
semiantiguas.
2. La reforma
agraria en las regiones liberadas nuevas debe efectuarse en dos etapas. En la
primera etapa: descargar golpes sobre los terratenientes y neutralizar a los
campesinos ricos. Esta etapa debe subdividirse en los siguientes pasos:
descargar golpes primero sobre los grandes terratenientes y luego sobre los
demás terratenientes. Es necesario tratar en forma distinta a los que son
tiranos locales y a los que no lo son, y también a los terratenientes grandes,
medios y pequeños. La segunda etapa consiste en la distribución por igual de la
tierra, incluidas la tierra dada en arriendo por los campesinos ricos y sus
tierras excedentes. Sin embargo, los campesinos ricos no serán tratados de la
misma manera que los terratenientes. El radio total de ataque no debe exceder
por lo general del 8 por ciento de las familias, o del 10 por ciento de la
población. En las regiones liberadas semiantiguas, también hay que atenerse a
semejante orientación respecto a las diferencias en trato y al radio total de
ataque. Estos problemas no se producen en las regiones liberadas antiguas,
donde, en general, sólo se necesita realizar una nivelación en la distribución
de la tierra[1].
3. Es necesario
organizar primero las ligas de campesinos pobres y después, pasados unos meses,
las asociaciones campesinas. Hay que impedir en forma rigurosa a los terratenientes
y campesinos ricos que se infiltren en las asociaciones campesinas y en las
libas de campesinos pobres. Las activistas de estas ligas deben constituir el
núcleo dirigente en las asociaciones campesinas, pero también es preciso atraer
a una parte de los activistas de entre los campesinos medios para que se
incorporen en los comités de las asociaciones campesinas. En la lucha por la
reforma agraria, hay que atraer a los campesinos medios para que participen en
ella, y tener en cuenta sus intereses.
4. No hay que
comenzar el trabajo en todas partes al mismo tiempo, sino seleccionar cuadros
capaces para realizarlo primero en determinados lugares a fin de adquirir
experiencia, difundirla luego paso a paso y hacer avanzar el trabajo a modo de
ondas. Esto se aplica tanto a una zona estratégica entera como a cada distrito.
También se aplica a las regiones liberadas antiguas y semiantiguas.
5. Se debe
distinguir entre las regiones liberadas consolidadas y las zonas de guerrillas.
En las primeras, debemos efectuar gradualmente la reforma agraria. En las
últimas, debemos limitamos a la propaganda, a la organización clandestina y a
la distribución de cierta cantidad de bienes muebles. Para resguardar a las
masas de las persecuciones del enemigo, no hay que establecer allí abiertamente
organizaciones de masas ni efectuar la reforma agraria.
6. Las bandas
armadas reaccionarias de los terratenientes y los servicios secretos
reaccionarios deben ser destruidos, y no utilizados.
7. Se debe
reprimir a los reaccionarios, pero se prohibe rigurosamente matar sin
discriminación; mientras menos muertes, mejor. Las sentencias a muerte serán
examinadas y ratificadas por comisiones constituidas a nivel de distrito. el
poder para juzgar y tratar los casos de los sospechosos políticos pertenece a
las comisiones a nivel de comité regional del Partido. Esto también se aplica a
las regiones liberadas tanto antiguas como semiantiguas.
8. Es menester
utilizar e incorporar al trabajo de crear las bases de apoyo a los
intelectuales y semiintelectuales revolucionarios locales que provienen de
familias de terratenientes o de campesinos ricos, pero que apoyan la reforma
agraria. No obstante, debemos intensificar entre ellos nuestro trabajo
educativo y evitar que se adueñen del poder y obstaculicen la reforma agraria.
En general, no conviene hacerles trabajar en sus territorios o cantones
nativos. Hay que poner énfasis en el empleo de los intelectuales y
semiintelectuales procedentes de familias campesinas.
9. Hay que prestar
seria atención a la protección de la industria y el comercio. Tener
perspectivas de largo alcance al planificar los asuntos económicos y
financieros. Las fuerzas armadas y los gobiernos de territorio y cantón deben
ponerse en guardia contra todo derroche.
NOTAS
[1]Véase el presente tomo, pág. 128, "Saludemos el
nuevo ascenso de la revolución china", nota 15. [pág. 205]
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