De cómo un Militar de Carrera del Ejército
español, miembro de la nobleza y Grande de España devino en defensor de la República
y comunista.
Don Ignacio Hidalgo de Cisneros y
López de Montenegro (descendiente del Virrey Cisneros)
En
la sublevación golpista de Francisco Franco contra la República Española la
Fuerza Aérea permaneció casi toda leal, excepto algunos elementos destacados en
Marruecos: los aeródromos, los pilotos y
los aviones son de la República.
Su
Jefe de Estado Mayor y ayudante del
Ministro de la Guerra -en esos días el gallego Santiago Casares Quiroga
(padre de la actriz María Casares)-, era don
Ignacio Hidalgo de Cisneros y López de Montenegro, nacido en Victoria
(Gazteiz) el 11 de julio de 1896, en el seno de una familia aristocrática y
carlista, casado con doña Constancia de la Mora y Maura (1906-1950), sobrina de
Antonio Maura (que había sido Ministro de Alfonso XII) y Directora de la Prensa
Extranjera durante la guerra.
Su
tarea fue excepcional. Mantuvo bajo control republicano los aeródromos de la
Republica, Cuatro Vientos, Getafe, negoció con Pierre Coty, Ministro del Aire
-uno de los pocos franceses que apoyó sinceramente a la España republicana-, la
llegada de algunas aeronaves y pilotos (entre ellos André Malreaux); acuerda
con la URSS la entrega de los famosos “chatos” y “moscas” (Polikarpov P15 y
P16) y el entrenamiento de pilotos y mecánicos españoles en Kirovavad; y al
final de la guerra llegó a comandar una Fuerza Aérea de más de 450 máquinas.
Caída
Cataluña, vuelve a la “Posición Yuste” al lado del Dr. Negrin, con el general
Lister, el General Modesto y otros militares y políticos.
Enterado
de la sublevación que planea el Coronel Segismundo Casado, con la complicidad
de los socialistas del profesor Julian Besteiro y la División comandada por el
anarquista Cipriano Mera, se lo comunica al Dr. Juan Negrin, sin lograr que éste
tome las medidas que la gravedad del momento aconsejaba.
Al
final, derrotados, puede partir, con el Presidente del Gobierno y otros altos
funcionarios de la República, en uno de los últimos aviones que despegan del
asediado aeropuerto de Monovar, cerca de Valencia, cuando ya estaban rodeados
por las tropas franquistas.
Hay circunstancias de la vida de este noble,
dos veces Grande de España, descendiente directo del Almirante Baltazar Hidalgo
de Cisneros, (el sordo de Trafalgar, último Virrey del Río de la Plata) que son
novelescas.
Cuando
se incorpora a la aviación militar es destinado a bombardear las posiciones de
los patriotas marroquíes en lo que se llamó la Guerra del Rif. Años después, en
sus memorias, hizo saber al mundo que allí se habían usado gases contra los
árabes.
En
1930, se une a la sublevación del comandante Ramón Franco contra Alfonzo XIII y
lo destinan a bombardear el… Palacio Real. La sublevación es derrotada y se
refugia primero en Portugal y luego en París.
Después
de la instauración de la República, el 14 de abril de 1931, vuelve a su patria.
Tiene varios destinos, entre otros es agregado aéreo en Berlín y Roma, lo que
lo lleva a entender en profundidad lo que significa el fascismo.
En 1934, tras la sublevación minera
de Asturias, le salva la vida al socialista Indalecio Prieto, al sacarlo del
país en el baúl de su automóvil.
En
los días del 18 al 20 de julio se dedica personalmente a mantener el control
republicano de los aeródromos cercanos a Madrid, como Getafe y contribuye a
bombardear el Cuartel de la Montaña.
En
un cruel episodio, en la primavera de 1937, le devuelven salvajemente mutilados
los restos de un piloto republicano, que había caído en territorio de los
sublevados, con insultantes carteles en italiano, por lo que solicitó al
Consejo de Gobierno que lo autorizaran para bombardear… Roma, misión que haría
personalmente. Costó disuadirlo de las consecuencias políticas de ese acto.
Personalmente
participa de los ataques en Sevilla y Valladolid, entre otros.
En
los últimos meses de la guerra viaja a conseguir material y aviones a la URSS y
otros lugares, desempeñando una tarea destacadísima.
Se afilia al Partido Comunista
Español y cuando se lo comunica a su esposa, ésta le contesta que ella ya hacia
años que lo era… Luego, el exilio en Rumania donde
participa en las emisiones de la “Radio La Pirenaica”, antifranquista.
Muere en Bucarest el 9 de febrero de
1966, siendo miembro del Comité Central
del Partido Comunista Español. El Gobierno rumano le rinde homenajes de general
en activo. A mediados de la década de 1990, sus restos son traídos a la capital
de Euskal Herria, su ciudad natal, donde reposan.