viernes, 22 de marzo de 2013

Algo sobre los movimientos nacionales...


"El carácter revolucionario del movimiento nacional, en las condiciones de la opresión imperialista, no presupone forzosamente, ni mucho menos, la existencia de elementos proletarios en el movimiento, la existencia de un programa revolucionario o republicano del movimiento, la existencia en éste de una base democrática.
La lucha del emir de Afganistán por la independencia de su país es una lucha objetivamente revolucionaria, a pesar de las ideas monárquicas del emir y de sus partidarios, porque esa lucha debilita al imperialismo, lo descompone, lo socava.
En cambio, la lucha de demócratas y "socialistas", de "revolucionarios" y republicanos tan "radicales" como Kerenski y Tsereteli, Renaudel y Scheidemann, Chernov y Dan, Henderson y Clynes durante la guerra imperialista era una lucha reaccionaria, porque el resultado que se obtuvo con ello fue pintar de color de rosa, fortalecer y dar la victoria al imperialismo.
La lucha de los comerciantes y de los intelectuales burgueses egipcios por la independencia de Egipto es, por las mismas causas, una lucha objetivamente revolucionaria, a pesar del origen burgués y de la condición burguesa de los líderes del movimiento nacional egipcio, a pesar de que estén en contra del socialismo.
En cambio, la lucha del gobierno "obrero" inglés por mantener a Egipto en una situación de dependencia es, por las mismas causas, una lucha reaccionaria, a pesar del origen proletario y del título proletario de los miembros de ese gobierno"
José Stalin

Sobre el realismo socialista - por Bertolt Brecht

SOBRE EL REALISMO SOCIALISTA 

por Bertolt Brecht
(1954)

El concepto de realismo socialista no es algo que debiera sacarse de las obras y estilos existentes. El criterio no debería ser si una obra o una descripción se parecen a otras obras y otras descripciones que se incluyen en el realismo socialista, sino si es socialista y realista.
1. El arte realista es arte combativo. Lucha contra visiones erróneas de la realidad e impulsos que se oponen a los intereses reales de la humanidad. Hace posibles formas correctas de pensar y potencia los impulsos productivos.
2. Los artistas realistas enfatizan lo sensitivo, lo "terrenal", lo típico, entendido en sentido amplio (lo importante en términos históricos).
3. Los artistas realistas hacen hincapié en el momento de formación y extinción. En todas sus obras piensan históricamente.
4. Los artistas realistas muestran sus contradicciones entre el ser humano y sus relaciones, y muestran las condiciones bajo las cuales aquellas se desarrollan.
5. Los artistas realistas están interesados en las transformaciones que se dan en las personas y en las circunstancias, tanto en los cambios constantes como en los repentinos, en que se convierten los constantes.
6. Los artistas realistas reflejan el poder de las ideas y el fundamento material de las ideas.
7. Los artistas del realismo socialista son humanos, es decir, filantrópicos, y muestran las relaciones entre las personas de tal manera que se fortalecen los impulsos socialistas. Se fortalecen mediante análisis útiles de la maquinaria social y por el hecho de que los impulsos se convierten en disfrute.
8. Los artistas del realismo socialista no sólo tienen una visión realista de sus temas, sino también de su público.
9. Los artistas del realismo socialista tienen en cuenta el grado de formación y la pertenencia social de su público, así como el estado de la lucha de clases.
10. Los artistas del realismo socialista tratan la realidad desde el punto de vista de la población trabajadora y de los intelectuales aliados con ella y que están a favor del socialismo.
Texto presente en el libro: "Crítica, tendencia y propaganda"

lunes, 11 de marzo de 2013

OPINIÓN DE UN ARTICULO DEL DIARIO INGLÉS THE GUARDIAN


The Guardian: el referéndum es insignificante

Este referéndum sin sentido de Malvinas no resolverá nada 

Los malvinenses están votando por mantenerse como parte del  Reino Unido, pero no va a resolver ninguno de los problemas de soberanía con la
  Argentina  

 
Por Richard Norton-Taylor 


En los próximos días, a alrededor de 1.600 habitantes de las Islas Malvinas  se les preguntará si desean "mantener su estatus político actual como territorio de ultramar del Reino Unido". 


Nunca antes en la historia  de Gran Bretaña el resultado de un referéndum ha sido tan predecible, y su propósito tan provocativo. El referéndum, que se llevará a cabo el domingo y el lunes, no solucionará nada. Exacerbará argumentos gastados y anacrónicos sobre la soberanía. 



La consulta será acompañada por una explicación: "Bajo la Constitución de las Islas Malvinas el pueblo de las Islas Malvinas tiene el derecho a la libre determinación, que puede ejercer en cualquier momento". 

Expliquen eso a los habitantes de las Islas Chagos, expulsados para que Gran Bretaña pudiera establecer su "territorio en el Océano Índico" y permitir a los EE.UU. construir una base en la isla más grande del archipiélago, Diego García, desde donde los aviones han bombardeado objetivos en Irak y Afganistán, y se reabastecieron aviones de la CIA llevando individuos a la bahía de Guantánamo. 

El consejo ejecutivo de Malvinas, integrado por tres miembros de la asamblea legislativa, insiste en que las islas no son una "colonia" a pesar de que el gobernador es nombrado por Londres y tiene el poder de imponer leyes a los habitantes. Describen a las islas como "totalmente autónomas, excepto en asuntos de defensa y asuntos extranjeros". También dice que el Consejo "podrá revisar su estado en cualquier momento. Esto podría incluir la plena independencia." 

El referéndum, por supuesto, es un mecanismo para fortalecer los gobiernos de Gran Bretaña y las Malvinas, mientras Argentina redobla sus llamamientos para las negociaciones por la soberanía sobre las islas. 

La disputa sobre la soberanía ha estado sucediendo durante siglos, y Gran Bretaña nunca estuvo muy seguro sobre su reclamo de las islas. En 1829, el duque de Wellington observó: "He examinado con detenimiento los papeles respecto a las Islas Malvinas. No está claro para mí que hallamos poseído la soberanía de todas esas islas." 

Gran Bretaña incluso estaba dispuesta a hacer un acuerdo con la junta militar de Galtieri años antes de la invasión de 1982 a las islas. Documentos recientemente publicados en los Archivos Nacionales en el marco de "la regla de los 30-años", mostró que la política británica, como Lord Carrington (secretario de Relaciones Exteriores de Thatcher) lo dijo, fue de abandono y esperando lo mejor, el dijo en una reunión privada del Comité creado a examinar las circunstancias que condujeron a la invasión de 1982: 

"Si se me permite ser muy franco y bastante grosero, había que mantener la pelota en el aire con los argentinos. Ese fue el objetivo. No teníamos ninguna carta en nuestras manos." 

Carrington agregó: "Había muchas razones por las que un acuerdo era beneficioso para todo el mundo. Si usted no puede permitirse el lujo de defender un lugar...lo único concebible que se puede hacer es mantener las negociaciones en curso tanto como se pueda, ya sea que creas o no que van a tener éxito". 

En referencia al plan de subarrendar propuesto por el Ministerio de Relaciones Exteriores un año antes, dijo: "Según recuerdo, las conversaciones con los argentinos no iban demasiado mal y en principio los malvinenses no reaccionaron con demasiada fuerza, pero la Cámara de los Comunes reaccionó muy fuertemente". Los documentos revelan que la misma Thatcher estaba dispuesta a negociar con la Argentina, incluso después de la invasión mientras el destacamento británico se dirigía a las islas. 

Argentina cuestiona el derecho a la autodeterminación de los habitantes de las islas según lo exigido por Gran Bretaña. No deberían tener ese derecho, dice Argentina, pero seguirán gozando de todos los derechos humanos, los derechos civiles, políticos y culturales, su forma de vida, como lo tienen las minorías en otros países alrededor del mundo. 

La resoluciones de la ONU sobre el conflicto, de las cuales se han registrado 40, no se refieren a la libre determinación, sino a los "intereses" de los isleños. Los intentos de Gran Bretaña en la ONU para incluir la frase no han tenido éxito. La ONU dice que la disputa sobre la soberanía debe ser resuelta a través de negociaciones bilaterales entre la Argentina y Gran Bretaña, no con los isleños. 

Según cifras recientes, la mayoría de los habitantes no nacieron en las Islas Malvinas. Por primera vez el año pasado, según la Argentina, el censo no ha facilitado información sobre las personas nacidas en las islas. Sin embargo, a los habitantes se les preguntó lo que ellos consideraban como su identidad nacional. La mayoría dijo: "falklanders". En su visita a Londres el mes pasado, Héctor Timerman, canciller argentino, dijo que no hay tal cosa como un "falklander". 

Los habitantes de las islas son británicos, dice la Argentina, pero el territorio no lo es. Es una problema de integridad territorial. Un visitante de Marte estaría muy sorprendido si alguien sostuviera lo contrario. Un acuerdo que consagra los derechos fundamentales -político, humano, social, económico, cultural- protegido por la ley, traería beneficios mucho más saludables y más prácticos para los habitantes de las Malvinas que una disputa estéril sobre la soberanía. Este es un concepto  que en todo caso se ha erosionado en los últimos años, como naciones - incluyendo Gran Bretaña - han acordado limitarse por las reglas y obligaciones, así como los beneficios de las alianzas militares, económicas y comerciales internacionales. 



Así que, como los países de la región, a través de su Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), ya han dejado claro, el próximo referéndum de Malvinas es casi insignificante. 

*Este artículo fue modificado el 11 de marzo de 2013 para corregir la fecha del comentario del duque de Wellington acerca de la soberanía de las Islas Malvinas desde 1929 hasta 1829. 


Fuentes: