martes, 31 de julio de 2012


MARCHA EN HOMENAJE A LOS CAÍDOS EN TLATELOLCO

México, 1968: Matanza en la Plaza de las Tres Culturas (Tlatelolco)

Méjico, 2 de octubre de 1968. Diez días antes del inicio de los Juegos Olímpicos, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz liquida a sangre y fuego una revuelta estudiantil, entre 300 y 500 jóvenes mueren masacrados por disparos del Ejército en la Plaza de Tlatelolco, también conocida como Plaza de las Tres Culturas. Más de 6.000 son detenidos.
Los diferentes gobiernos del PRI mantuvieron la tesis oficial de que fueron los estudiantes quienes iniciaron los tiroteos con francotiradores colocados en los edificios de la plaza. Esa versión fue rebatida por muchos de los protagonistas e investigadores, los testimonios hablaban de lo contrario: de agentes provocadores infiltrados, de gente vestida de civil con guante blanco en la mano izquierda que iniciaron el fuego indiscriminado.
El movimiento estudiantil de 1968, en México, fue un movimiento social en el que además de estudiantes de la UNAM y del IPN, participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionales en la Ciudad de México y que fue dispersado el 2 de octubre de 1968 por el gobierno mexicano en la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
El hecho fue cometido por el grupo paramilitar denominado Batallón Olimpia y el Ejército Mexicano, en contra de una manifestación convocada por el Consejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento. Según lo dicho por sí mismo en 1969 y por Luis Echeverría Álvarez, el responsable de la matanza fue Gustavo Díaz Ordaz.
Debido a la acción gubernamental al pretender ocultar información, no se ha logrado esclarecer exactamente la cantidad oficial de asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados. La fuente oficial reportó en su momento 20 muertos, pero las investigaciones actuales deducen que los muertos podrían llegar a varias centenas y responsabilizan directamente al Estado Mexicano.
El corresponsal de la BBC de Londres en México, Julian Petiffer, quien presenció los hechos, mencionó en un despacho noticioso que "en una destacable demostración de estupidez, brutalidad, o ambas juntas, el ejército y la policía pasaron fuego de ametralladores por miles de manifestantes pacíficos y gentes que iba de paso por el lugar..." y estimó el número de estudiantes asesinados en (al menos) 200.
Politólogos e historiadores coinciden en señalar que este movimiento y su terrible desenlace incitaron a una permanente y más activa actitud crítica y opositora de la sociedad civil, principalmente en las universidades públicas,
Ese movimiento fue parte del auge revolucionario expresado también en el Mayo francés de 1968, en las puebladas argentinas antidictatoriales como el Rosariazo, el Correntinazo y el primero y segundo Cordobazo, en el marco del triunfo en Vietnam, Laos y Campuchea y la Gran Revolución Cultural Proletaria China, que tiñó todo ese momento histórico como su expresión más avanzada.

Honraré a los caídos luchando
Tlatelolco no fue su final,
un glorioso vivir tendrán cuando
construyamos una nueva sociedad.

Abolir para siempre queremos
un sistema en que la explotación
que del hombre, por el hombre se hace
no respeta ya la humana condición.

Honraré a los caídos luchando
no conozco sus nombres y sé
que por nombre podría darle a muchos,
el glorioso y bello nombre de Che.

Yo también me incorporo a las filas
del que lucha contra la opresión,
del que lucha contra la injusticia
de un sistema de ignominia y corrupción.

Honraré a los caídos luchando
Tlatelolco no fue su final,
un glorioso vivir tendrán cuando
Construyamos una nueva sociedad.

Adelante, adelante, marchemos,
cada vez con cautela mayor,
en la escuela, en el monte y el pueblo,
movimiento estudiantil, contigo estoy.
Movimiento Estudiantil, contigo estoy.


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